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sábado, agosto 19, 2006

Cap.2 - Refilones Extranjeros

Flamenco y Jazz es un capítulo del libro FILIGRANAS escrito por LUIS CLEMENTE.
Copyright Editorial La Máscara. Pza. Diputado Luis Lucía, 21-b. 46015 Valencia-España


Información tomada de Flamenco-World:

http://www.flamenco-world.com/jazz/jazz2.htm


John Coltrane

John Coltrane



REFILONES EXTRANJEROS

Como en un pulular de errabundos, incitaciones al refilón en el flamenco ha habido muchas, que se intensifican en el cosmos jazzístico. Lo que sigue es una lista de impulsos y tentativas.

Seria Miles Davis quien firmara la primera gran obra de fusión, que merece capítulo aparte. "Sketches of Spain" se ve en cierta forma continuada por el "Olé" de John Coltrane, quien utiliza una dirección distinta a la de Davis-Evans: mientras que el tándem podía transformar cualquier material sonoro, Coltrane utilizó el flamenco para alimentar su obra en progreso; con primitiva autenticidad y alto poder adictivo, el flamenco es usado en esta obra en beneficio propio, utilizado para improvisar sobre ritmo y melodía. "Olé" es una obra de transición: dos semanas después, Coltrane trabaja con música africana y seis meses más tarde se basa en la hindú. Posteriormente seria publicado "Olé negro', de Noah Howard, representante del black art de los 60.

John Coltrane

John Coltrane


Junto a la de Davis-Evans, también se han grabado otras versiones de "El Concierto de Aranjuez", las más conocidas las del Modern jazz Quartet y ]im Hall.

Es posible que el primer roce se produjera en los 5O, cuando Lionel Hampton grabó "jazz flamenco" con castañuelas. El primer disco de flamenco-jazz no es una obra conceptual como "Sketches" sino el producto de improvisaciones, una jam-session registrada el 3 de noviembre de 1958, una guitarra flamenca a la que sigue una base de jazz en segundo plano. Se trata de un experimento de Carlos Montoya, establecido en Nueva York desde que a finales de los 40 fuera con Carmen Amaya. Este guitarrista, sobrino del gran Ramón Montoya, es seguido por algunos jazzmen de estudio bajo la producción de johnnie Camacho para impresionar una cara con temas americanos y otra con españoles, todo impregnado por cierto tufillo estándar que niega el pellizco de las dos partes y desemboca en "Qué será, será". Algún blues por bulerías, "Rain on the roof" por tanguillos y, entre los momentos destacados, el contrabajo en la taranta con la guitarra por Swing. Podría haber sido un "Django Reindhart meets Diego del Gastor", pero no: se repiten muchos esquemas y aunque rompiera en su época no ha resistido el paso del tiempo.

El recurso más habitual de estas amalgamas es el spanish tingle, algo así como el estremecimiento español, creado por Jeliy Roll Morton en la Babel de¡ jazz (Nueva Orleáns) para poner en la improvisación un punto de encuentro. Este método ha sido empleado por muchos músicos, entre los que se cuentan Hampton Haves, Chariie Mingus, Roy Etzel, Charlie Haden, Paul Bley y Ron Blake.

Veamos algunos de estos ejercicios, la mayoría facturados durante la transición entre los 50 y 60, puesto que fue un período fértil para el arte en los Estados Unidos. El contrabajista Charlie Haden, en su concepto de jazz politizado, trabajó sobre canciones de la guerra civil española en "The bailad of the fallen"; Charlie Mingus grabó en 1957 un álbum ("Tijuana Mood's") en el que usa escalas reconocibles del flamenco como soporte de la composición "lsabel's table dance"; Hampton Haves tocó junto a Mingus, vivió una larga temporada en España y su "Spanish steps" (Black lion, 69), es un homenaje a nuestro país; también lo hizo Roy Etzel con "Spanish brass"; Paul Bley grabó "El Cordobés" y recreó "Music matador" de Eric Dolphy; Ron Blake, del conservatorio de Boston, registró "Impresiones sobre Tristana y Cría cuervos", recreaciones de Mompou y canciones anónimas españolas; "Spanish flames" es una composición del clarinetista Jimmy Giuffre y el guitarrista Bili Connors registrada en un disco en directo en 1979 en San Francisco.

Este método o "truco" ha sido mundialmente conocido gracias a Chick Corea, que comienza en 1972 a mezclar lo español con lo latino con su grupo Return To Forever, tanto en el tema "La fiesta", junto a Stan Getz, como en el largo "Spain", del álbum "Light as a feather". También hay notables toques españoles en "Touchstone" y "My spanish heart". "Sólo conozco una parte del flamenco pero me gusta mucho, es muy importante para mí", llegó a declarar Corea. "Siento algo histórico, especial, con la cultura española, y cuando escuché música del sur de España sentí que me era muy familiar".



Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía


Su ex compañero y guitarrista Al Di Meola utiliza aires flamencos en "Elegant gipsy" y otras composiciones. La colaboración de Paco de Lucía en el éxito de 1977, el single "Mediterranean sundance", levanta el interés por el guitarrista andaluz y Carlos Santana le pide una colaboración, incluso dan un concierto juntos en Barcelona a finales de aquel 1977.


Paco también se haría íntimo amigo de John McLauglin, que ya con su Mahavishnu Orchestra demostró algunas variaciones sobre ideas flamencas en "Power of love", de su álbum "Apocalypse". Santana deja matices en "All the love of the universe", de su "Caravanserai”, y también Larry Coryell, que adaptó mucha guitarra clásica frente a la fiereza funky de otras etapas.

Paco de Lucía
Paco de Lucía

El pianista Michael Longo grabó en los primeros 70 "El Moodo Grande", con comienzo de pasodoble intercalado en ritmos brasileños, buscando inspiración entre los aires latinos y el sabor español de Chick Corea, con los vientos de Randy Brecker y Joe Farrel, además del contrabajo de Ron Carter, "que aquí lo convierte en una gran guitarra flamenca", según la contraportada; también se puede citar a Chuck Mangione con "Los hijos de Sánchez" y, en menor medida, a su amigo el saxofonista Gerry Niewood ("Slow, hot wind", 1975) y al violinista Subramaniahn, que grabó junto a Larry Coryell y Stu Goldberg; entre todos, subrayar a Joe Pass, quien incluye en su "Virtuoso 3" de 1980 un tema llamado "Paco de Lucía".

Por otra parte, hay mucho empeño de confusión en estas cruzadas; desde su título, "Jazzy flamenco", Gil Piger quiere hacernos creer lo que no es porque ahí no hay ritmos flamencos ni acordes de jazz ni nada parecido, sólo los giros de una guitarra neutra sobre ejes de música latina y clásica. Otro ejemplo: en Estados Unidos se tituló "Flamenco fantasy in jazz" el disco "Sanlúcar", aquel de 1975 que contenía "Caballo blanco" y nada en absoluto de jazz.

Más recientemente se pueden encontrar matices étnico-jazzístico-aflamencadas en los finiandeses Piirpauke, que cuentan con una onubense como cantante; más levemente, el suizo EG Group versionó "Los campanilieros"; el malagueñobritánico Juan Martín deja un roce jazz-rock a su clasicismo; los alemanes Embryo llegan a tener un roce flamenco en sus incursiones étnicas, y concretamente en su LP "lbn Battuta" de 1993 tienen ritmos por soleá e incluso llegan a titular un corte "Andalusian beat"; los también alemanes Duo Fenix hacen bulerías jazzísticas vía Corea, con versiones de "Spain" y "Mr. Mouse" (LP "Karai-Eté", 1990); el español Niebla y el italiano Forcione hacen sus cosas en el LP "Celebration", de 1987, y, por acabar con dúos de guitarras, en 1993 se publica "jazzmenco" de La Vienta, que forman en Estados Unidos Stefan Schyga y Mario Otero mezclando flamenco, jazz, clásico, tango y Brasil. Especialmente atractivo es el disco que los holandeses Caucho dedicaron a García Lorca, desplazando hacia el jazz ritmos del flamenco y usando una jonda trompeta.

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