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domingo, agosto 13, 2006

Entrevista David Peña Dorantes



"No veo mucho flamenco de vanguardia. Creo
que hay muchas barreras y poca valentía para superarlas"

Alfonso García. Sevilla, febrero de 2002

Después de cuatro años desde su opera prima, 'Orobroy', Dorantes presenta su nuevo trabajo: 'Sur'. El disco se ha grabado entre Sevilla, París y Sofía (Bulgaria); y ha compartido la producción con el músico francés, Hugo de Courson. Como resultado, diez temas donde se traslucen influencias flamencas, celtas, brasileñas, clásicas y búlgaras. David Peña, Dorantes, es un músico perteneciente a una de las familias flamencas con más abolengo en la historia del flamenco: La Perrata, su abuela, hermana del gran Perrate de Utrera; su tío, El Lebrijano; Pedro Bacán; Gaspar de Utrera; Fernanda y Bernarda de Utrera; Bambino; remontándonos aún más, Diego del Gastor y Melchor de Marchena; y, por supuesto, su padre, Pedro Peña, tocaor de sabores añejos y uno de los más grandes conocedores de esta música. Con motivo de su nueva obra, estuvimos con él en su hermosa casa del Aljarafe sevillano, donde nos comentó sus inquietudes profesionales.


David Peña, Dorantes

¿Qué es la música para usted?

Es el motivo por el que vivo. Sin música, no podría vivir. Es mi vehículo de expresión, una válvula de escape... son muchas cosas; también el pan para vivir.

¿Y la música flamenca?

Es lo que me ha tallado desde pequeño. Cuando escucho flamenco, no sólo percibo música, rememoro vivencias y sentimientos. Son los cimientos desde los que parto para edificar mi música.

¿Sus primeros recuerdos con el flamenco?

No surgió en un momento determinado, venía conmigo y creció conmigo. No es que escuchara flamenco y me dijera: vaya, me gusta esto y lo voy a estudiar. Fue casi obligado por mi nacencia. Mis ancestros me han dejado un mensaje, tanto musical como filosófico, que no puedo perder porque es mi orientación en la vida. El flamenco son ellos. Me han dejado un legado tan hermoso que no quisiera hacerle daño y procuro, en mi música, dejar claro cuándo hago flamenco y cuándo no.

¿Cuándo decide dedicarse profesionalmente a la música?

No hay una fecha concreta, aunque hubo un día en el que mi hermano Pedro y yo decidimos hablar con nuestro padre para decirle que queríamos ser guitarristas y dedicarnos plenamente a la música. Le hizo mucha ilusión y nos matriculó en el conservatorio que completábamos con sus enseñanzas de toque flamenco. Hasta que apareció el piano y lo vi claro. La guitarra me sirvió para ganar dinero y comprarme mi primer piano.

¿Tiene Andalucía un tipo de música definitoria?

Andalucía tiene unas formas particulares (fandangos, granaínas..) que provienen de la jota, a las que los gitanos le aportaron unas peculiaridades propias con la cadencia dórica (soleá y seguiriya), el ritmo y una forma de expresión, que las sacaron del folklore para convertirse en algo más exquisito.

¿Cómo fue su experiencia hasta grabar por primera vez?

Trabajaba mucho en el perfeccionamiento de la técnica, a la vez que aprendía a leer, escribir y analizar partituras. Mi padre y mi hermano me animaron a concretar el primer disco, casi me empujaron. Yo no terminaba de decidirme, quizás por una falsa inseguridad, hasta que comprendí que un artista tiene que salir de su cuarto oscuro, grabar y dar conciertos, para realizarse interior y exteriormente.


David Peña, Dorantes

¿Qué pretendía comunicar y qué le aportó?

Cada tema es un momento y un sentimiento, sin hilo conductor. A partir de la primera grabación, entras en otros mundos (discográfica, mercado, promoción...) y ves la otra perspectiva de la música que es, a la vez, importantísima para tu propia realización como artista. La verdad, es que me metí tanto en ese mundo, que se me olvidó grabar. Creo que he cambiado y para mejor. Tardar cuatro años entre grabación y grabación no es fácil que aguante una discográfica, cosa que agradezco. Se te presentan nuevos retos y hay momentos en que se pasa mal, pero estas situaciones te ayudan a madurar como músico y como persona.

Defíname su nueva obra, 'Sur'...

Me es difícil, porque no se puede encuadrar en un estilo determinado y eso, a las gentes que están acostumbradas a definiciones claras y carriles predeterminados, las despista. Me conformo con que perciban mis sentimientos y reconozcan que es la música de Dorantes. Está claro que parto del flamenco y me introduzco en otras músicas como jazz, clásico, folklore búlgaro, gallego, asturiano, céltico, brasileño...

¿Cómo trascurrió la grabación?

Fue muy interesante porque nos marcamos un reto: grabar en directo y sin claqueta. Vino de una propuesta de Hugo, coproductor del disco, y creo que ganamos una dimensión de la música que habitualmente se pierde con el encorsetamiento de la claqueta: recogimiento y estiramiento del compás, al libre albedrío. A mi entender, se gana expresividad.

¿Qué le parece el flamenco de vanguardia?

"Ahora se está pasando del sarampión del 'Nuevo Flamenco' a la vuelta al clasicismo del la guitarra y el cante"


No veo mucho flamenco de vanguardia. Creo que hay muchas barreras y poca valentía para superarlas. Se avanza más en la música instrumental. En el cante no se avanza mucho y es porque se estudia poco. En el baile, creo que se están dando pasos importantes. De todas formas, debemos entender el avance no como un cambio revolucionario, sino como un pasito más de lo anterior: Beethoven supuso un pasito más a Mozart.

¿Vivimos buena época para la creación?

Sí, nunca se ha dejado de crear. Los malos augurios siempre está presentes pero es como el fin del mundo, que nunca llega. Ahora se está pasando del sarampión del "Nuevo Flamenco" a la vuelta al clasicismo de la guitarra y el cante. Son ciclos, y en todos se aportan cosas interesantes. También hay que contar con el factor suerte: por ejemplo, existen dos corrientes, una de moda y otra no; si se hace algo bueno en la segunda, no se le presta atención y pasa desapercibida para la gran mayoría, y no se valora con justicia.

¿Qué le parece la incorporación de nuevos instrumentos al flamenco?


"Los instrumentos no son ni dejan de ser flamencos,
sino las personas que los manejan"


Me parece fabuloso, hay que sumar y no restar. Hemos de tener en cuenta que los instrumentos no son ni dejan de ser flamencos, sino las personas que los manejan. Quizás exista demasiado miedo a la crítica.

¿Qué opina de la crítica?

A veces se quedan cortitos. Considero que mi música debe ser analizada más por críticos de música en sentido genérico, que por especialistas en flamenco. Algunos me dicen, antes de opinar, que se les escapa mi música y eso les honra. El crítico debe estar al día y, a la vez, conocer todos los entresijos de este arte. No es fácil ser crítico porque se entremezclan los valores subjetivos y objetivos y, al fin y al cabo, son personas con sentimientos propios.

¿Un cantaor o cantaora de la historia?

Pastora Pavón, La Niña de los Peines.

¿Un cantaor o cantaora de tu época?

Mi abuela, La Perrata.

¿Un músico flamenco de la historia?

Ramón Montoya: creó nuevas tonalidades, avanzó con valentía y abrió nuevos caminos.

¿Un músico flamenco de tu época?

Hay muchos: Arturo Pavón, Paco de Lucía y, como no, Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo, Cañizares...

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