MARÍA PAGÉS BAILAORA Y COREÓGRAFA «El flamenco necesita difusión y que no sea una pieza de museo»
Sevillana, Premio Nacional de la Danza en 2002, María Pagés representa el paradigma del flamenco actual en sus vertientes artística y empresarial. Culturalmente, ha demostrado que el duende es mujer. Como empresaria, dirige su cuadro desde 1990 y fue la primera en establecer el modelo de compañía residente en España. Pagés acaba de concluir la gira mexicana de su espectáculo 'Canciones antes de una guerra', que ha hecho escala en el prestigioso Festival Cervantino. Éxito total. En Honduras ofreció dos actuaciones «románticas», gratuitas para quienes no podían abonar la entrada. «Si tengo mucho, es obligado dar», dice. Eso es pellizco.
-¿Cómo se hace entender el flamenco a 10.000 kilómetros de Andalucía?
-Bien. Es un arte muy directo. La gente nos esperaba con muchas ganas. En México abundan las compañías y academias de flamenco.
-De Singapur a Nueva York y Tel Aviv, es una de las bailaoras más internacionales de España. ¿Aprecia un aumento del interés por el flamenco?
-El interés siempre ha existido. Con Gades salíamos mucho al extranjero y teníamos un éxito brutal. Eso en el caso de la danza, pero también en la música, sólo que éste igual se ha acrecentado con los Grammy latinos. Sí tengo la impresión de que el interés ha aumentado en España.
-En diciembre estrenará 'Sevilla' en La Maestranza.
-Aquel teatro es como estar en casa. De hecho, en 'Sevilla' muestro mi visión sobre la ciudad, que es la madre de mis aventuras dentro y fuera del escenario. Es la visión de una persona que ha permanecido mucho tiempo fuera y siente la necesidad de regresar y volver a ese equilibrio que da el hogar.
-¿No incluirá el nuevo Estatuto de Andalucía?
-Bueno, yo creo que todos los que nos dedicamos al flamenco nos dedicamos también a protegerlo. Es importante investigar el clásico y evolucionar a partir de él. Me gusta que eso se escriba porque las cosas hay que escribirlas para que queden plasmadas. El flamenco necesita que se informe sobre él y que la gente lo conozca, pero también experimentar y que siga siendo un arte reflejo de su época. Que sea patrimonio andaluz reconocido como tal ya está bien. Y que no sea una pieza de museo porque no lo es.
-Mover a una compañía de 30 personas será costoso.
-Vas consiguiendo ayudas, que no hay muchas, y el circuito privado apoya poco. Nos mantenemos gracias a nuestro propio trabajo. Somos compañía residente en un teatro de Torrelodones, donde ensayamos y tenemos la sede a cambio de representar y hacer otras actividades. La Comunidad de Madrid ha abierto otras cuatro iguales. Es una manera de que las compañías privadas tengan un espacio y estabilidad.
-¿Que se siente en el escenario?
-La danza requiere una dedicación total porque tu instrumento de trabajo es el cuerpo y la mente. Pero lo veo como un placer. Y en el escenario sólo siento una cosa: libertad.
-¿Cómo se hace entender el flamenco a 10.000 kilómetros de Andalucía?
-Bien. Es un arte muy directo. La gente nos esperaba con muchas ganas. En México abundan las compañías y academias de flamenco.
-De Singapur a Nueva York y Tel Aviv, es una de las bailaoras más internacionales de España. ¿Aprecia un aumento del interés por el flamenco?
-El interés siempre ha existido. Con Gades salíamos mucho al extranjero y teníamos un éxito brutal. Eso en el caso de la danza, pero también en la música, sólo que éste igual se ha acrecentado con los Grammy latinos. Sí tengo la impresión de que el interés ha aumentado en España.
-En diciembre estrenará 'Sevilla' en La Maestranza.
-Aquel teatro es como estar en casa. De hecho, en 'Sevilla' muestro mi visión sobre la ciudad, que es la madre de mis aventuras dentro y fuera del escenario. Es la visión de una persona que ha permanecido mucho tiempo fuera y siente la necesidad de regresar y volver a ese equilibrio que da el hogar.
-¿No incluirá el nuevo Estatuto de Andalucía?
-Bueno, yo creo que todos los que nos dedicamos al flamenco nos dedicamos también a protegerlo. Es importante investigar el clásico y evolucionar a partir de él. Me gusta que eso se escriba porque las cosas hay que escribirlas para que queden plasmadas. El flamenco necesita que se informe sobre él y que la gente lo conozca, pero también experimentar y que siga siendo un arte reflejo de su época. Que sea patrimonio andaluz reconocido como tal ya está bien. Y que no sea una pieza de museo porque no lo es.
-Mover a una compañía de 30 personas será costoso.
-Vas consiguiendo ayudas, que no hay muchas, y el circuito privado apoya poco. Nos mantenemos gracias a nuestro propio trabajo. Somos compañía residente en un teatro de Torrelodones, donde ensayamos y tenemos la sede a cambio de representar y hacer otras actividades. La Comunidad de Madrid ha abierto otras cuatro iguales. Es una manera de que las compañías privadas tengan un espacio y estabilidad.
-¿Que se siente en el escenario?
-La danza requiere una dedicación total porque tu instrumento de trabajo es el cuerpo y la mente. Pero lo veo como un placer. Y en el escenario sólo siento una cosa: libertad.
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