Casi tres décadas de constante e intenso trabajo han convertido a Chano Domínguez en una de las voces más interesantes del panorama jazzístico nacional. Su personal lectura del flamenco ha catapultado su popularidad hasta hacer que su nombre aparezca en la tercera entrega de la colección Jazz en España de Radiotelevisión Española, tras los anteriores volúmenes dedicados a Tete Montoliú y Pedro Iturralde. La salida al mercado de Acércate más (Serie "Jazz en España", RTVE 63015) [1], junto con el editado el pasado verano, Con alma [2], obliga a abordar en estas páginas electrónicas la actualidad de un músico que se ha convertido en una referencia más allá de las fronteras peninsulares.
SERGIO MASFERRER: Bueno, Chano cuéntame, parece que no paras.
CHANO DOMÍNGUEZ: La verdad es que voy haciendo todo lo que puedo. Compongo, saco ideas con las que renovarme constantemente. Los músicos que nos alimentamos de la improvisación rápidamente nos aburrimos, nos cansamos de tocar el mismo tema de la misma manera, por lo que siempre intentamos hacer cosas nuevas, cambiar el repertorio que tocamos en vivo.
SERGIO MASFERRER: De todas maneras, tengo la impresión de que tenemos un poco perdido al Chano compositor. En este último disco producido por RTVE sólo firmas un tema, y en Con Alma, además de retomar temas de otros discos, no incluyes ninguna composición tuya.
CHANO DOMÍNGUEZ: En el disco de RTVE está hecho intencionadamente. Esta grabación la incluyo dentro del sello de jazz que RTVE ha sacado, y en el que ya se han editado un disco de Tete Montoliú y otro de Pedro Iturralde. He pensado que para este sello venía bien un disco de versiones, aunque al final me decidí por poner un tema original, ya que, por otro lado, creo que siempre hay que aportar algo. Por eso que aparece "Rumba Marina", que además es el tema con el que se promociona el disco.
SERGIO MASFERRER: Pero esto resulta un poco contradictorio: un disco de RTVE, una serie para homenajear a las figuras más representativas del jazz español, y teniendo tanta música personal en las manos, recurrir a versiones…
Chano Domínguez. Acércate Más.
RTVE Música. 2006.
CHANO DOMÍNGUEZ: Para mí este disco de RTVE ha significado, más que nada, un encargo. Estaba metido en la composición de un nuevo disco (que, por cierto, ya está grabado y saldrá en seis o siete meses, espero), con una formación nueva y donde sí hay 11 o 12 temas todos originales y nuevos. Precisamente por eso pensé hacer este disco de versiones y en un corte de formación muy jazzística.
SERGIO MASFERRER: Digamos que más impersonal que tus otros trabajos.
CHANO DOMÍNGUEZ: Más impersonal en el sentido en el que aporto menos composiciones originales.
SERGIO MASFERRER: El año pasado te escuché en el Teatro Central en el proyecto montado por la Junta de Andalucía, y la verdad es que me esperaba algo mucho más parecido a esto: un disco más orquestado, con arreglos más aflamencados. Me parece más interesante el material que expusiste en el Central que el editado en Acércate Más.
CHANO DOMÍNGUEZ: Precisamente en este material estaba volcado, y ahí es donde estoy trabajando. El disco se grabó en agosto del año pasado y acabamos de mezclarlo en Nueva York a principios de año con la formación que viste en el Central [3]. En estos momentos estoy más dedicado a la composición y a los arreglos para esa formación que a otra cosa, por lo que el disco de RTVE es un disco de encargo, de trámite, de cumplir con este sello que quería tenerme en sus filas, y al que, por razones obvias del peso específico que tiene, les dije que sí.
SERGIO MASFERRER: En cualquier caso, citar a Tete Montoliú, a Pedro Iturralde y a Chano Domínguez en una misma frase es, cuando menos, motivo de orgullo.
CHANO DOMÍNGUEZ: Desde luego. Tanto con Tete como con Pedro establecí una relación de amistad, que con Pedro mantengo hoy en día y que también existió con Tete, quien llegó a grabar composiciones mías. Incluso nos quedamos a las puertas de hacer un dúo de piano en el Teatro Falla, pero su enfermedad se agravó y tuvimos que abandonar el proyecto.
SERGIO MASFERRER: Y mira que Tete se resistía a los dúos de piano.
CHANO DOMÍNGUEZ: Él estaba encantado de tocar conmigo, era algo que él decía: yo no me metía en su terreno y él no se metía en el mío, por lo que podíamos trabajar juntos. Teníamos un punto de encuentro que era el piano, pero cada uno tocaba la música a su manera.
Chano Domínguez y Wynton Marsalis
SERGIO MASFERRER: Con respecto a tus trabajos, te sigo bastante en lo que respecta al jazz, pero ¿mete Chano el pie en otros terrenos? ¿Compone para otros músicos?
CHANO DOMÍNGUEZ: Ocasionalmente. De lo último que he compuesto por encargo, lo más destacable ha sido la suite de 20 minutos que me pidió Wynton Marsalis para estrenarla en el Lincoln Center con la Lincoln Center Jazz Orchestra. El verano pasado colaboré también con Jack DeJohnette en varios conciertos. Sobra decir que todo este tipo de colaboraciones son muy enriquecedoras, poder cruzarte e intercambiar conocimiento con maestros como éstos.
SERGIO MASFERRER: Wynton Marsalis te llama, RTVE te graba un disco… ¿En qué punto se encuentra Chano Domínguez?
CHANO DOMÍNGUEZ: Yo me siento en el mismo punto de siempre. Soy un músico que necesita sentarse cada día al piano para expresarse y para buscar lo que quiere encontrar, que es mi música, y pasármelo bien en esta búsqueda. Esto me ha llevado al punto en el que estoy ahora, un punto de trabajo diario, de constancia y de esfuerzos por mantener la ilusión del primer día, de cuando formas tu primer grupo. Me acuerdo mucho de Cai, mi primera experiencia como músico profesional, a mediados de los ochenta. Teníamos una ilusión grandísima con la música, con el grupo, con la estética, con todo lo que significaba eso. Hoy en día me siento con esa misma ilusión y creo que esto se refleja en la música que hago, sobre todo en lo que he escrito con este grupo nuevo. Ya lo viste en el Central, hay de todo: guitarra eléctrica, trompeta, saxo con pedales, vibráfono, salterio, teclado, piano… En fin, hay unas sonoridades muy fuertes. Yo aquí casi puedo ver un poco la raíz de la música que hacíamos con el grupo Cai; por eso siento que sigo haciendo un poco lo mismo que he hecho siempre, pero con la experiencia de 30 años en los que he recorrido todo un camino que me lleva a tener el lenguaje musical que tengo hoy en día.
SERGIO MASFERRER: ¿No sientes que todo se te acelera demasiado? ¿No tienes sensación de velocidad, de querer echar el freno de mano un poco y no poder?
CHANO DOMÍNGUEZ: Precisamente, he llegado a un punto en el que he decidido parar un poco. Parar en el sentido de hacer discos, por ejemplo, porque este año pasado he grabado dos: el de RTVE, que acaba de salir, y este de New Flamenco Sound, que espero que salga justo después del verano. Tengo razones para tranquilizarme a nivel discográfico, y esto es lo que voy a hacer. Lo que ocurre es que, si alguien me llama para un proyecto en el que me vea y me sienta implicado, me cuesta mucho decir que no, porque las cosas que me apetece hacer quiero hacerlas, y no dejo que se me escapen. Esto es lo que me hace estar saltando de un sitio para otro.
Chano Domínguez. Con Alma.
SERGIO MASFERRER: Conectando un poco con tu estilo y con la forma que, a nivel personal, interpreto tu música, te definiría como un músico camaleónico. Veo que en Con alma te agarras mucho a Bill Evans, y ahora en este disco pegas un giro y grabas temas firmados por Bud Powell, o el “Afrocuban” a lo McCoy Tyner. ¿Definirías esta tendencia camaleónica como una característica tuya?
CHANO DOMÍNGUEZ: Bueno, lo que sí es una característica mía es que si me parezco a alguien es a la gente que he escuchado y a la gente de la que he aprendido, a la gente que me ha llenado los oídos de música. Los músicos que has nombrado son pianistas que he oído y trascrito mucho, y que me han aportado mucho al lenguaje que tengo hoy en día. No sé si soy camaleónico, pero lo que sí soy es un músico que no cierra las puertas, es decir, que no me pongo orejeras para mirar sólo para un sitio, sino que, de repente, toco por bulerías, acompaño a un buen cantaor o toco un buen blues, un estándar o un tema de Parker. Si soy camaleónico es porque me gustan músicas de diferente índole, pero que en realidad son lo mismo: la expresión del ser humano que necesita un medio para transmitir sus sensaciones, sus vivencias.
SERGIO MASFERRER: Creo que reconocer las raíces y las influencias de uno es una postura muy correcta; es absurdo que, en la perpetua búsqueda de una voz propia, el músico de jazz necesite renegar de sus fuentes.
CHANO DOMÍNGUEZ: Bueno, yo nunca he renegado de mis fuentes. Desde las primeras grabaciones del grupo Cai, mi música ha estado muy ligada a la que he escuchando desde pequeño. Mi primer instrumento a los siete años fue la guitarra flamenca, y el flamenco sonaba en mi casa porque mi padre era un grandísimo aficionado. Tenía el "picú" famoso donde pinchaba todos los discos, y claro, eso ha venido conmigo desde siempre. Después, me he inclinado hacia la música contemporánea, la música moderna, y he aprendido todo este lenguaje. Pero no cabe duda que mis principios y mi primer instrumento fueron flamencos, y éstos vienen conmigo.
SERGIO MASFERRER: Chano, es cierto que el flamenco se vive mucho en el Sur, pero de una forma muy superficial: todo el mundo conoce unas rumbas, unas bulerías, pero poca gente llega a palos más duros.
CHANO DOMÍNGUEZ: No cabe duda de que, cuanto más profundizamos en el flamenco, más jondo es todo lo que encontramos, y más difícil de entender a priori por el oyente que viene de la calle. Lo más fácil es que este tipo de oyente se agarre a los temas más comerciales, a los ritmos que invitan a la fiesta y al baile. Así que, en ese sentido, la rumba o el tanguillo, o los tangos o las bulerías son los palos que más divierten y que más agradan a la mayor parte del público. Pero no cabe duda de que una buena siguiriya, una soleá o una granaína son palos que a mí me encogen.
SERGIO MASFERRER: ¿Cómo aprendiste a tocar jazz? Más que cómo empezaste, ¿cómo te has agarrado al jazz y cómo te has formado?
CHANO DOMÍNGUEZ: Llegué al jazz a través del rock sinfónico, de la fusión del jazz y el rock, pero sobre todo he llegado al jazz por la necesidad de la creación en el instante. Siempre digo que soy un músico improvisador más que un compositor (que también lo soy al uso), pero sentirme improvisador ha sido lo que me ha llevado a acercarme al jazz, pues creo que es el estilo en el que el lenguaje es más universal, lo que permite meter tu punto de vista dentro de los cánones establecidos.
Chano Domínguez y Wynton Marsalis
SERGIO MASFERRER: Sin embargo, me sorprende esta respuesta, porque muy pronto te separas de la línea de fusión de jazz-flamenco de Pardo y Benavent.
CHANO DOMÍNGUEZ: Bueno, eso fue un período en el que hicimos juntos una serie de trabajos. Hubo dos o tres temporadas de conciertos en las que tocamos esa música y me lo pasé muy bien, de maravilla, pero no cabe duda de que después cada uno ha desarrollado lo que le gusta hacer. Los discos de Con alma y Acércate m ás son mucho más jazzísticos que los anteriores, pero están hechos así completamente a propósito, porque nunca he querido que se pierda el sentido de que realmente me considero un pianista de jazz. El jazz ha sido lo que me ha dado a conocer, mezclado con las raíces de la tierra, pero realmente ha sido la música improvisada. Esto lo he querido dejar bien claro, y por eso he grabado en este formato tan jazzístico, con este tipo de temas y de esta forma.
SERGIO MASFERRER: Siguiendo un poco con la separación del rock sinfónico, porque me parece entender que en Chano queda ya poco de rock sinfónico, ¿ha encontrado Chano Domínguez una mina de oro en el jazz latino?
CHANO DOMÍNGUEZ: ¿Una mina de oro? Yo no diría eso. Si llamas jazz latino la música que hago por ser una música latina, en ésta he encontrado la manera de expresarme, y en ésta entran claves tan diversas como la de la bulería, la de los tanguillos, la del guaguancó la del son o la de las colombianas. Son ritmos afines a mi cultura, ritmos que están al otro lado de la orilla, pero que siempre han sido de ida y vuelta. Los músicos de Andalucía, de la costa del Mediterráneo y del Atlántico tenemos mucho que ver con el otro lado del charco, con todo lo que ocurre desde Brasil hasta el Caribe.
SERGIO MASFERRER: Mi comentario va precisamente por esta línea: mientras otros músicos han intentado fusionar el flamenco con el rock, tú lo has hecho con el jazz latino que, pese a estar más lejos geográficamente, es una música mucho más cercana.
CHANO DOMÍNGUEZ: Cómo no. Siempre he sido un gran seguidor de Jerry González y sus Fort Apache, de sus primeros discos. Me parece que esa forma de entender el jazz, con sus claves de Puerto Rico y de Cuba, era perfecta, y me sentía identificado con toda esa música. Cuando empecé a hacer mis discos, el concepto fue muy latino. El acercamiento gracias a la película Calle 54 fue brutal. Tuve contacto con Paquito [D’Rivera], con Michel [Camilo]… En esa etapa de mi carrera toqué con todos ellos, con Chucho [Valdés], con Jerry… Y eso ha hecho que se crearan unos lazos muy fuertes (por ejemplo, el 5 de abril Paquito y yo tocamos en el Teatro Real), y que me mezclase con estos músicos, con los que me siento totalmente relajado e identificado.
SERGIO MASFERRER: ¿Crees que puede medirse el impacto de Calle 54? No sólo sobre tu figura, sino sobre muchas que salen en la película.
CHANO DOMÍNGUEZ: La plataforma que significa el mundo del cine, el márketing y el mundo mediático que lleva alrededor una película siempre es muy fuerte. Y todavía más cuando es de un director como Fernando Trueba con un Oscar y un gran reconocido en todo el mundo. Esto hace que tu imagen y tu música estén de repente en medio mundo simultáneamente. Yo creo que la película ha sido muy importante para todos, tanto para mí, que me di a conocer en Estados Unidos gracias a la película, como para otros que empezaron a trabajar en Europa. A todos nos ayudó muchísimo. Creo que ayudó a la música en general, a la música de verdad, o sea, a la Música con mayúsculas, a la música irrepetible, porque todo está hecho en directo. Creo que hay gente que se ha enganchado al jazz, a la música improvisada, a través de una película como ésta, creo que es un punto de inflexión importante en mi carrera. No sé si es medible, pero desde luego significó una pantalla al mundo en aquel momento.
Chano Domínguez y Wynton Marsalis
SERGIO MASFERRER: ¿Por qué crees que hay un rechazo tan fuerte a lo mediático?
CHANO DOMÍNGUEZ: No sé. A mí, la verdad, no me gusta ser mediático. Me gustaría sencillamente que mi música estuviera en los oídos de muchos más oyentes y fuera disfrutada por mucha más gente. Pero, en realidad, no me gustaría convertirme en una persona mediática. No siento que deba serlo, ni mucho menos. Ya hay mucha gente para ocupar las portadas de las revistas, de los periódicos y de los prime time de la televisión.
SERGIO MASFERRER: El comentario va igualmente encaminado a Calle 54. Cuando Wim Wenders rodó Buena Vista Social Club, un caso similar a Calle 54 para la música cubana, la película fue muy elogiada, y pocas voces criticaron la producción. Sin embargo, Calle 54 ha suscitado mucha más polémica o, al menos, más reservas en cuanto a la crítica.
CHANO DOMÍNGUEZ: Es indiscutible lo que hizo Fernando Trueba. Lo que ocurre es que entramos en el criterio personal de cada uno, pues Calle 54 lo es de su director, a quien creo que le gusta la música más que el cine, y a quien, de repente, se le ocurre hacer una película de la música que le gusta y para ello llama a los músicos que escucha. En este sentido, sí nos podemos encontrar a gente que diga que no ha estado no sé quién, o no tenía que haber estado no sé cuánto, pero esto ya son valoraciones muy personales.
SERGIO MASFERRER: Enlazando Calle 54 con la proyección internacional que tienes, ¿qué relación tienes con otros países, en particular en América del Sur y Oriente?
CHANO DOMÍNGUEZ: América del Sur es uno de los lugares al que viajo desde hace más tiempo. Países como Colombia, Argentina, Venezuela, Cuba, República Dominicana… donde se nos quiere y se nos aprecia mucho. En Asia hemos estado en el Festival de Jazz de Pekín, pero a Japón aún no hemos llegado. De todas maneras, la música que estamos haciendo, con esta mezcla de trío de jazz más trío de flamenco, con la percusión, el cante y el baile, torna a la gente muy caliente de entrada y normalmente queda muy sorprendida. Ya no es lo mismo que hace diez años, cuando nadie había escuchado unas bulerías a trío de piano, contrabajo y batería, pero en cualquier caso nuestra música tiene una aceptación impresionante fuera de nuestras fronteras, porque es una música muy cálida, muy viva y que llega fácilmente al oyente.
SERGIO MASFERRER: Otra de las herramientas que creo que utilizas en tu música es la estandarización de clásicos latinos, tanto suramericanos como españoles. ¿Crees que es una buena forma de que la gente se agarre al jazz?
CHANO DOMÍNGUEZ: Lo que ocurre es que cuando empecé a tocar jazz, a tocar estándares americanos de películas, como "Autumn Leaves" ["Les feuilles mortes"], "Días de Vino y Rosas" ["Days of Wine and Roses"] o "Someday My Prince Will Come" –que son temas maravillosos y que aún toco hoy en día– me di cuenta de que en los años 30 y 40 cuando los músicos de jazz iban a las jam sessions improvisaban esa música, que eran las canciones que ellos conocían desde pequeño. Fue esto lo que me incitó a coger temas que yo conocía de siempre y tocarlos como si fuesen estándares de jazz. Creo que hay un montón de composiciones, tanto de aquí (la canción española, la copla, la canción popular, la tradicional…), como del otro lado del charco (el bolero, el tango, la milonga…) que están escritas en castellano y que sencillamente me gusta interpretar. Disfruto tocando "Gracias a la vida", "El toro y la luna", o "La Tarara". Son los estándares míos, los que conozco desde hace muchos años.
SERGIO MASFERRER: Quizá parezca exagerado decir que Billie Holiday cantaba las coplas americanas de la época, pero el concepto se aproxima bastante.
CHANO DOMÍNGUEZ: Es que Billie Holiday es contemporánea a señoras como Doña Concha Márquez Piquer o Estrellita Castro. Son artistas de la misma generación.
SERGIO MASFERRER: Chano, para cerrar la entrevista, me gustaría comentar contigo Sketches Of Spain, de Miles Davis. ¿Qué opinas sobre esta particular lectura de la música tradicional española?
CHANO DOMÍNGUEZ: Creo que tanto Miles como Gil Evans hicieron un trabajo espléndido, con unas sonoridades magníficas, consiguiendo captar todo el color de la música del sur de España. Pero creo que si Miles se hubiese quedado nada más que tres meses en Jerez, la hubiera liado con el flamenco. Realmente, creo que oyeron esa música y se les abrió todo un mundo de imaginación en el que pusieron toda esa orquestación, pero si realmente Miles o Gil se hubieran insertado con los flamencos de la época y hubiesen aprendido las claves de la soleá, de las siguirillas, de las bulerías, creo que habrían hecho algo revolucionario.