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Reproductor de música

domingo, agosto 06, 2006

Mecanismo del Piano


Mecanismo actual

Elementos internos

La construcción actual sigue en sus grandes líneas la del siglo XIX: no hay ninguna innovación tecnológica importante. Al presionar la tecla lo primero que sucede es que el macillo se pone en movimiento en dirección a la cuerda que es liberada por el apagador justo antes de la percusión. Cuando el macillo golpea la cuerda se produce el sonido, el siguiente paso es la caída del macillo hasta ser recogido por el atrape a una distancia aproximada de 2 centímetros. Al soltar lentamente la tecla se libera el conjunto de palancas del escape y el macillo vuelve a estar en posición para volver a tocar la cuerda. Si retiramos la presión por completo, todo el sistema vuelve a su estado de reposo en el que el apagador tiene la misión primordial de interrumpir el sonido.

Elementos externos

Tapa armónica

Es el verdadero elemento de resonancia del instrumento. Sin ella una cuerda no produciría más que un sonido pobre. La calidad y homogeneidad de la madera de la que está hecha son primordiales. La tapa armónica de un piano de cola moderno, construida generalmente en madera de abeto, tiene un espesor de 8 mm, el doble de la de un pianoforte.

Caja

La caja, o mueble, prolonga la función de la tapa armónica. Está reforzada por un barrado para sostener el peso de la placa de hierro, fundida en una sola pieza.

Cuerdas

Están tensadas sobre un puente según el principio de todo instrumento de cuerda. En nuestro caso está enormemente agrandado, dado que las 224 cuerdas generan una tensión del orden de las 15 a 20 toneladas, dependiendo proporcionalmente de las dimensiones del instrumento. Cada cuerda debe ser afinada correctamente. Para ello se enrosca en su tramo final sobre un eje insertado en el clavijero, y se obtiene un tono más agudo o grave según el sentido de giro. Ni que decir tiene que esta labor debe realizarla un profesional, que ajustará cada cuerda a su afinación exacta. Las cuerdas del extremo grave, las de mayor longitud, también llamadas bordones, son de acero hilado en cobre, y se disponen individualmente. En el registro grave se colocan dos por tecla, y en el resto tres. Estas últimas sólo son de acero. La longitud y grosor son directamente proporcionales a la gravedad de la cuerda, es decir, a tonos graves, mayor grosor y longitud, y a tonos agudos, menor grosor y longitud. Por ello, si examinamos visualmente un piano por dentro se aprecia a simple vista la gran longitud de las cuerdas situadas hacia la izquierda, mientras que las de la derecha son casi diminutas, y también se aprecia que en una determinada nota las cuerdas comienzan a tener un recubrimiento de cobre para aumentar el grosor. La longitud de las cuerdas más graves incide proporcionalmente en las dimensiones exteriores del instrumento, y así es posible encontramos con pianos de más o menos "cola": por supuesto, a mayor dimensión mejor calidad de sonido. Este principio incide también en el piano vertical en cuanto a su altura.

La tapa superior

Tiene la función no sólo de cerrar el mueble, sino también proyectar el sonido al público. Tiene diversas posiciones según la potencia solicitada: para un concierto solista debe estar en su posición más alta, en cambio, acompañando a otros instrumentos se debe situar en la más baja.

Tenemos por tanto, una caja de resonancia y un arpa con múltiples cuerdas. El mecanismo que las hace vibrar es muy preciso, pero su principio básico no ha cambiado en su fundamento desde los inventos de Erard. El efecto tímbrico del sonido se manifiesta por una percusión bastante corta, seguida de una resonancia larga, cuyo color y curva de sonido dependen en gran manera de la tapa armónica. Por tanto, el mecanismo se dirige a controlar lo mejor posible estas dos dimensiones: percusión y resonancia.

Se golpea la cuerda con un macillo de fieltro duro. Éste comunica velocidad a la cuerda: si va rápido, la vibración será importante y el sonido se escuchará fuerte; si va lento, la cuerda vibrará con menos potencia y el sonido será débil. El impacto entre el macillo y la cuerda es siempre muy breve, ya que rebota. Una vez la cuerda entra en vibración apoyada por la tapa armónica produce el sonido, realzado en belleza por las cuerdas más cortas y agudas, que al no llevar apagador entran en resonancia. Si además levantamos todos los apagadores con el pedal derecho, la resonancia antes citada se aplica a todas la cuerdas del piano, con lo que el sonido se incrementa en potencia y belleza. Una vez la tecla ha sido pulsada se pueden realizar tres acciones:

  • levantarla a medio camino y volverla a presionar, con lo que repetimos el sonido sin cortarlo

  • levantarla totalmente con lo que el apagador vuelve a su posición de reposo y extingue definitivamente la vibración de la cuerda

  • simplemente, esperar a que se extinga el sonido por sí solo, es decir, no levantar la tecla.

Los pedales

El pedal derecho, también conocido como pedal fuerte o de resonancia, permite, como ya hemos mencionado, levantar todos los apagadores al mismo tiempo. Esto añade a la resonancia de las cuerdas en vibración, la de toda la tapa armónica y de las cuerdas que reaccionan por simpatía, es decir, entran en relación concomitante con la nota tocada, siendo las más audibles las que están a distancia superior de octava, quinta, tercera y séptima. Para entender claramente qué es la vibración por simpatía podemos hacer el siguiente experimento: toquemos fuertemente una nota, por ejemplo el do1. Antes de que se extinga el sonido (hay tiempo suficiente para hacerlo), bajemos muy lentamente la tecla de la nota do2. De esta forma evitamos que el macillo obtenga velocidad e impulso para golpear la cuerda y por tanto no debería entrar en vibración, pero, al levantar la tecla do1 no obtendremos el silencio, sino que percibiremos claramente el sonido de la tecla do2 que está resonando por simpatía. El pedal fuerte añade, pues profundidad de sonido y asume en cierta forma el papel de cámara de reverberación, coloreando y alejando la fuente. Por tanto, no es exacto llamarlo pedal "amplificador", sino más bien, pedal de resonancia.

El pedal celeste (situado a la izquierda) modifica el timbre: todo el mecanismo del piano se desplaza y esto es claramente visible desde el exterior: (sitúate sobre la imagen para 'poner' el pedal celeste)

Esto provoca que el macillo, en vez de golpear las tres cuerdas, sólo golpee dos o incluso una según la calibración. Esto produce un primer efecto de disminución de la potencia sonora, y un segundo en la alteración del timbre: ya que la tercera cuerda entrará en vibración por simpatía. En los registros donde hay dos cuerdas, sólo se golpea una y, donde hay una, también obtenemos una disminución del sonido, ya que la zona del macillo que golpea la cuerda estará algo menos castigada por el uso, es decir, es más blanda y por tanto la percusión más suave (puede que alguien ‘espabiladillo’ piense que en un piano nuevo no hay diferencia cuando la cuerda está sola: pues bien, está en lo cierto). Tenemos que advertir que en el piano vertical no se da esta cualidad, tan sólo se acercan los macillos a las cuerdas para que al tener menor recorrido de ataque percutan con menor intensidad, por tanto, el timbre no varía en este caso.

El tercer y último pedal, el central, o más exactamente pedal tonal, no existe más que en los pianos de cola, y no en todos ellos. Su función es mantener en alto los apagadores de sólo las teclas que estén bajadas, es decir, pulsamos do1, pisamos el pedal tonal y a partir de ese momento podemos soltar nuestra tecla, que seguirá sonando independientemente incluso del uso del pedal fuerte. Claro que al final ¿se extinguirá definitivamente el sonido? no si percutimos otras teclas que hagan resonar por simpatía a la nuestra. Se suele utilizar para prolongar sonidos bajos cambiando la armonía en los más agudos.

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