La calle del |
Calle 54 es un recorrido por el jazz latino. Por el jazz latino de Fernando Trueba y de los músicos que escogió para su proyecto, sus favoritos. Una travesía armoniosa y, sobre todo, sabrosa, en lo musical y en lo visual. El espectador, metido en la orquesta gracias a los primerísimos primeros planos y al impecable sonido, ya sabe que no está viendo un documental sobre jazz latino. Tampoco una filmación de un concierto, con planos largos y aburridos. Está metido en la banda en lugares imposibles. Encima de la tumbadora, entre el saxo y la trompeta, sobre el teclado, y mirando el conjunto al mismo tiempo. |
| El director |
Su carrera cinematográfica es ya bastante conocida. Desde su Opera prima, hasta La niña de tus ojos, pasando por el Oscar de Belle epoque... Ya en la pantalla había asomado su afición por la música y más específicamente por el jazz latino. Específicamente en Two Much el compositor de la banda sonora, es Michel Camilo y la orquesta que aparece en las escenas finales está integrada por el propio Camilo en el piano, Cachao en el bajo y Paquito D'Rivera en el saxo. Fernando Trueba asegura que su vida cambió a principios de los ochenta el día que un amigo, Nat Chediak, le regaló un disco de Paquito D'Rivera, Blowin. "Aquel disco fue para mí una revelación: allí había clasicismo e innovación, tradición y vanguardia, belleza y experimentación, todo en dosis perfectamente mezcladas. La exaltación que me produjo aquella música me convirtió en un adicto a Paquito". Gracias a ese presente, desde hace pocos años, el jazz latino ha encontrado en Fernando Trueba, no sólo un melómano apasionado, sino un gran promotor: "Llevo años disfrutando de esta música y quería retribuirle, de alguna manera, lo que ella me ha dado". La idea de hacer la película ya le llevaba tiempo rondando la cabeza, mientras preparaba el terreno, ocupó otros campos de la comunicación para expresar su "adicción" por esta música que lo apasiona: Edita, junto con la Fundación Autor, el Diccionario de jazz latino de Nat Chediak, la primera publicación académica exclusiva de ese género musical, produce, también junto a Chediak, Manteca, programa radial de jazz latino concebido desde y hacia Miami y España. Además crea Lola Records, sello discográfico especializado que como primer disco lanza Spain, que registra el trabajo que el pianista dominicano Michel Camilo y el guitarrista flamenco Tomatito han venido paseando por muchos escenarios, desde Japón a Nueva York. Una de las preguntas que insistentemente contesta Fernando Trueba es aquella que relaciona su película con Buena Vista Social Club de Wim Wenders y hasta qué punto se está montando en la ola que ha generado ese proyecto. "Buena Vista", afrima Trueba, "es más una película sobre los músicos que sobre la música. Calle 54 es una película sobre la música". Y añade, "el proyecto de esta película es muy anterior a que Wenders conociera siquiera la existencia de Compay Segundo. Con Calle 54 no hemos partido de un éxito de ventas discográfico, sino de la calidad y del amor a esta música". |
| La premier |
"Ya era hora de que el cine le prestara algo de atención al jazz", afirmó Trueba en Santiago de Compostela, en el marco del Compostela Millenium Festival, donde se estrenó mundialmente Calle 54. Este festival le dedicó especial importancia al jazz latino y rodeando al estreno, se presentaron en concierto varios de sus protagonistas: Paquito D'Rivera y su quinteto, Jerry González y Fort Apache Band, Chucho Valdés, Chano Domínguez y Michel Camilo, todos con rotundo éxito. La noche del 21 de agosto, extraordinariamente fría y con nubes amenazantes, se proyectó la película en enorme pantalla desplegada en la Praza do Obradoiro llena de peregrinos, pero de aquellos que llegaron a Santiago en busca de jazz latino. Paquito D'Rivera, que se presentó con Michel Camilo al piano, justo al terminar la película en un maravilloso encuentro de estos dos músicos, sin más que su saxo y su piano, aseguró que "sin temor a equivocarme, considero que este es un gran día, no sólo para los músicos que aparecen en la película, sino para todos los que cultivan el género". Michel Camilo, por su parte afirmó que "después de ver el estreno en ese lugar, en esa magnífica proyección, los músicos que ahí estábamos nos sentíamos en la gloria". Y Andy González, uno de los bajistas neoyorquinos por excelencia y pieza importante de la película, también eufórico se sentía dichoso de "verla así con esa pantalla grande y ¡qué sonido!... Trueba va a ganar otro Oscar con esto. Es que no hay nada comparable. Nada. Es una producción increíble donde no escatimaron en nada. Yo me decía cuando veía la producción de la película 'ellos están gastando una tonelada de billete' y ¡qué producto está saliendo! El estudio donde lo filmaron, los Sony Music Studios, eso es the top of the top. Yo nunca había estado en algo con ese nivel de producción. En un proyecto tan grande, ambicioso y complicado". |
| La película: |
"La realidad de esta película son los músicos. Yo quería que el cine estuviera al servicio del sonido y no al revés." | "Cuando yo hablaba de este proyecto antes de empezar, todo el mundo me miraba con bastante escepticismo", afirma Trueba, "y aunque los productores me sugerían otras, ésa era la película que yo quería hacer. Curiosamente, todo ese escepticismo inicial se ha ido poco a poco transformando en interés". Un interés que se plasmó en una película en que poco se escatimó –más de 400 millones de pesetas (unos dos y medio millones de dólares) y unas 60 personas trabajando, sin contar los músicos– para lograr el efecto querido: presentar la buena música de los protagonistas de la mejor manera posible. Con esta filosofía se escogió a los Sony Music Studios de Nueva York, en Manhattan en la calle 54 (de ahí el nombre de la película que en proyecto tuvo el nombre de Latino jazz), "los únicos con dotación técnica suficiente para afrontar una empresa de esta envergadura" asegura Trueba. "La realidad de esta película son los músicos. Yo quería que el cine estuviera al servicio del sonido y no al revés". "La música siempre te está contando una historia, por eso el guión debía respetar a la música. Con las cámaras debía intentar ser el medio entre los músicos y el espectador". Así, Trueba deseaba alejarse del modo tradicional en que las cámaras han abordado la música, -de abundantes de planos generales, provenientes de una cámara central, dos a los costados mas una cámara en mano, que suple los primeros planos-. Sin embargo, la música fue la que tomó el mando: "En muchos aspectos ha sido un desafío porque me tenía que situar en paralelo con la música para captar algo que iba a suceder en forma espontánea. La toma buena fue siempre la escogida por los músicos, aunque hubiera otra con mejores planos. Lo que quiero es que esta música llegue a más gente para que aprenda a amarla". La película se ha exhibido también en los festivales de Venecia y Toronto y se estrenó comercialmente en España en octubre, en diciembre se estrenará en Francia, enero en Italia y febrero en Estados Unidos. La distribución no será masiva porque sólo se proyectará en salas equipadas con el sistema de sonido suficiente para reproducir el de la película (sonido Dolby Digital DTS), "es decir todas esas cosas que hoy sólo se usan para gilipolleces como una puerta que suena atrás", se jacta Trueba, "con esa técnica, aprovechada en toda su magnitud, se logra que la música te envuelva; que te sientas adentro. La producción se ha esmerado en el sonido y por lo tanto debe verse en salas que puedan reproducirlo fielmente". |
| La Música |
si algo tiene el jazz latino es que se fragua en la calle y es el producto de la realidad, de una serie de migraciones, de viajes de ida y vuelta | "Dentro del jazz hay de todo (jazz tradicional, académico, menos académico...) pero si algo tiene el jazz latino es que se fragua en la calle y es el producto de la realidad, de una serie de migraciones, de viajes de ida y vuelta, de gente que va desde las islas del Caribe y otros países, que se encuentran en Nueva York con la música que se está haciendo. No en las compañías discográficas ni en las universidades, sino en las calles, en los clubes, en las descargas en Central Park, las que se hacían en las calles de Manhattan décadas atrás..." así siente Trueba el jazz latino. Y aunque la calle se ve poco en la película, se siente. Se siente también el club, la inspiración, y sobre todo se siente la pasión de estos músicos por lo que hacen. Así se van sucediendo Paquito D'Rivera, Eliane Elias, Chano Domínguez, Jerry González, Michel Camilo, Gato Barbieri, Tito Puente, Chucho Valdés, Chico O'Farril, Cachao, Patato, Puntilla Ríos y Bebo Valdés. "La música que hacemos, que en genérico podríamos llamarle jazz, es a fin de cuentas el resultado de la diáspora africana", dice Michel Camilo, y esa es una de las afirmaciones que la película destaca. En un pequeño análisis que hace cada uno de los músicos arriban a esa conclusión. También expresa Camilo convencido: "Lo bonito de la película de Fernando es que muestra toda una acuarela de colores y confirma que el jazz no tiene una sola cara". Junto con el estreno de la película se está comercializando el disco, que es, desde ya y sin lugar a dudas, un excelente testimonio del jazz latino que se está haciendo hoy en día. |
| Los músicos |
"No se trata de un tratado académico. Esta es una película muy personal. No se trataba de decir que los que están aquí son y los que no, no son. Pero yo tenía que sentir que los que estaban en el rodaje eran mis músicos preferidos, los que amaba, y nadie va a discutir que los que están, sí son" con esta explicación Trueba sella la posibilidad de discusión sobre lo apropiado o no de la escogencia. Y, sin dudas, los que están son: Paquito D'Rivera, Saxo alto y clarinete, interpreta Panamericana. |
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